Palestina es oficialmente un país -aunque sólo en calidad de Observador en Naciones Unidas- desde el 29 de noviembre de 2012. Sus fronteras oficiales y legales son las del 4 de junio de 1967, el día antes de la Guerra de los Seis Días con Israel; estas comprenden los territorios de Cisjordania, Gaza y la parte Este de Jerusalén.
Sin embargo, sobre el terreno, la situación real es bien diferente. En la mencionada Guerra de los Seis Días, Israel ocupó Jerusalén Este, Gaza y Cisjordania y las mantiene ocupadas hasta hoy; y en 2003, Israel construyó un muro alrededor de Gaza y Cisjordania que no se ajusta con las fronteras de la ONU e impide a los palestinos acceder a Jerusalén Este. Jerusalén Este quedó ilegalmente anexada a Israel en 1980.
Los Acuerdos de Oslo, firmados en 1995, modificaron mínimamente la situación de control dividiendo los territorios palestinos ocupados de Gaza y Cisjordania en áreas A (control total palestino, a donde los israelíes no tienen acceso), B (control compartido con Israel) y C (control total del ejército israelí).
Las Áreas A comprenden las ciudades palestinas más importantes y sus alrededores: Ramala, Belén, Hebrón, Nablús, Tulkarem, Salfit, Tubas, Jericó y Yenín. Las áreas B las componen pequeños poblados a las afueras de las ciudades principales. El resto de todos los territorios palestinos (un 65%) es área C. Los asentamientos israelíes, ilegales según la ONU, se encuentran en esta área.
Las áreas A son muy tranquilas y, al encontrarse bajo control total palestino, sin interferencia israelí, disponen de todas las comodidades, infraestructuras y establecimientos comerciales necesarios para hacer de la estancia del viajero una experiencia de lo más satisfactoria. En las áreas B y C, el viajero puede encontrarse con check points y controles de carretera del ejército israelí; pero tanto en estos como en los cruces en el muro para acceder a Jerusalén, los soldados facilitan el paso de extranjeros. La presencia de los asentamientos israelíes, a los que los palestinos no tienen acceso, y los correspondientes check points, obligan a dar rodeos y alargar en muchos casos los desplazamientos.
En Jerusalén Este existe un número mínimo de check points, como el que da acceso al campo de refugiados de Shuafat. Por lo demás, tanto en los lugares turísticos de Jerusalén como en el resto de Israel, el viajero puede moverse sin restricciones o impedimentos.